Después de una toma, su bebé puede necesitar hacer un eructo. Este pequeño gesto es un reflejo fisiológico esencial. ¿Por qué es tan importante este eructo para su recién nacido? ¿Cuáles son las prácticas adecuadas para favorecer el eructo después de la lactancia?
Eructo del lactante después de la lactancia: hagamos un repaso.
Comprender el eructo del lactante después de la lactancia
El eructo del lactante es un reflejo natural que contribuye a su comodidad después de la toma. Comprender el papel del eructo, saber cómo favorecerlo y adoptar buenos hábitos de lactancia permite calmar a su bebé y hacer que las tomas sean más agradables para ambos.
Definición y mecanismo del eructo
Durante la toma, ya sea al pecho o con biberón, su bebé no solo traga leche materna o leche infantil, sino también una pequeña cantidad de aire. Este aire puede acumularse en el estómago y provocar una sensación de incomodidad, e incluso llanto o cólicos. Se trata de un fenómeno fisiológico completamente natural, que suele acompañar los primeros meses de vida de su bebé.
Su bebé debe, por lo tanto, expulsar este exceso de aire por la boca mediante un eructo. Es importante diferenciar el eructo de la regurgitación, que implica la subida de una pequeña cantidad de leche, a veces mezclada con saliva, debido a la inmadurez del esfínter entre el estómago y el esófago.
¿Por qué es importante el eructo después de la lactancia?
Ayudar a su bebé a hacer un eructo después de cada toma ofrece varias ventajas para su comodidad digestiva:
- Reducción de las molestias digestivas: la expulsión del aire tragado limita la sensación de hinchazón abdominal y los cólicos, y disminuye el riesgo de que su bebé llore después de la toma.
- Prevención de las regurgitaciones: un eructo eficaz después del biberón o la lactancia reduce la presión en el estómago, disminuyendo así las subidas de leche hacia la boca.
- Bienestar global: al estar menos molesto por el aire, su bebé está más relajado, lo que facilita la continuidad de las tomas y crea un ambiente de serenidad durante los momentos de cariño.
¿Cómo evitar la absorción excesiva de aire durante la lactancia?
El eructo no es sistemático, sobre todo en los bebés amamantados cuya succión suele ser más suave y eficaz, lo que limita la ingestión de aire. Aunque el reflejo de succión es innato, puede tardar en establecerse de forma eficaz.
Para una toma agradable y eficaz, es esencial que su bebé y usted estén bien instalados:
- Tome las medidas necesarias y siéntese en un sillón con reposabrazos, reposapiés o cojines para evitar tensiones.
- Su bebé debe colocarse en posición de flexión. Su nuca y pelvis están sostenidas, su cuerpo ligeramente curvado, los pies juntos y apoyados, y las manos cerca de su rostro o de sus pechos. Esta postura favorece la estabilidad motriz del lactante, permitiendo una succión eficaz y una buena sujeción del pecho.
- Al colocarlo al pecho, la cabeza de su bebé se inclina ligeramente hacia atrás, la nariz está despejada y la barbilla en contacto con su seno. Su boca debe cubrir buena parte de la areola, creando un efecto de ventosa. Si es posible, practique el contacto piel con piel, con el vientre de su bebé pegado al suyo y sus orejas, hombros y caderas alineados.
Por último, existen muchas maneras de amamantar. Si la toma no es dolorosa y la transferencia de leche es eficaz, no es necesario modificar la posición. La mejor toma es la que funciona y se adapta a ambos.
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Buenas prácticas para favorecer el eructo del lactante después de la lactancia
Ayudar a su bebé a hacer su eructo después de la lactancia es un gesto sencillo pero valioso para prevenir la incomodidad, los cólicos y las pequeñas regurgitaciones. Aquí tiene métodos comprobados para apoyar este reflejo fisiológico en el día a día, tanto si se alimenta al pecho como con biberón.
Posiciones recomendadas para el eructo
Algunas posiciones facilitan la expulsión del aire tragado por su lactante durante las tomas. Aquí están las más eficaces y cómodas:
- Sobre el hombro: coloque a su bebé bien erguido contra su hombro, con la cabeza ligeramente elevada. Sostenga su espalda y dele suaves palmaditas o frótelo entre los omóplatos. Esta postura favorece la subida del aire, sobre todo después de una toma al pecho o con biberón.
- Sentado en sus rodillas: siéntelo en sus rodillas, manteniendo su torso recto con una mano y sosteniendo su barbilla (¡no la garganta!). Con la otra mano, realice ligeras palmaditas en su espalda.
Información útil: la posición después de la toma también es esencial. Lleve a su bebé en posición vertical, en brazos o en fular, durante 20 a 30 minutos después de cada comida. Esto favorece el descenso natural de la leche y la expulsión del aire tragado, reduciendo así los riesgos de reflujo y apoyando un buen eructo. Después de la lactancia, evite los hamacones semisentados y las sillas de coche que comprimen el abdomen del lactante.
Consejos para ayudar al bebé a eructar
Algunos gestos simples pueden animar el eructo después de la lactancia y mejorar su comodidad:
- Hacer pausas regulares durante la toma: deténgase cada 5 a 10 minutos para permitir que su bebé eructe, especialmente si bebe rápido. Esto limita la acumulación de aire en el estómago.
- Verificar la succión y la posición del pezón o la tetina: una buena sujeción del pezón o de la tetina reduce la absorción de aire. Si su bebé parece tragar mucho aire, ajuste su posición.
- Evitar apretar demasiado los pañales o la ropa: un abdomen comprimido puede dificultar la subida del aire y favorecer el reflujo.
- Cambiar al bebé antes de la toma: esto evita manipularlo justo después de la comida, lo que podría favorecer las regurgitaciones.
- Ajustar la duración y la frecuencia de las tomas: favorezca tomas o biberones más frecuentes pero menos voluminosos para evitar la “sobrecarga” gástrica, origen de reflujo e incomodidad.
Además de estos consejos, la cercanía, los abrazos, el piel con piel y la paciencia tranquilizan a su bebé, fortalecen su relación y favorecen una digestión más serena, especialmente durante los primeros meses. 
El eructo del lactante: ¿cuándo preocuparse y consultar a un profesional de la salud?
Aunque el eructo del lactante después de la lactancia suele ser un fenómeno natural y fisiológico, ciertos signos en su bebé pueden justificar una consulta médica.
Síntomas inusuales a vigilar
Aunque la mayoría de los eructos y regurgitaciones son benignos, algunas señales de alerta deben llevarle a consultar rápidamente:
- vómitos en proyectil, fuertes y repetidos,
- presencia de sangre o bilis amarilla o verdosa en las regurgitaciones,
- si su bebé está apático o muy somnoliento (falta de energía, dificultad para despertarse),
- vientre hinchado, duro o doloroso al tacto,
- si su bebé sufre episodios de malestar durante una regurgitación, se pone azul o muy pálido, pierde tono y tiene dificultades para respirar,
- llanto constante e inconsolable, especialmente durante o después de las tomas,
- trastornos digestivos persistentes: diarrea, estreñimiento reciente, reflujo aparecido después de los 6 meses,
- ausencia o estancamiento del aumento de peso, a pesar de tomas regulares.
El seguimiento médico del lactante
Su pediatra le acompaña durante los primeros meses para verificar que la alimentación de su bebé sea adecuada. Durante las consultas regulares, él o ella:
- Verifica el aumento de peso y la curva de crecimiento de su bebé.
- Se asegura del buen desarrollo de las tomas y de la calidad de la succión.
- Evalúa la frecuencia de los eructos, los cólicos, las regurgitaciones y el llanto.
- Le aconseja sobre las buenas prácticas de lactancia o de preparación de biberones.
- Le tranquiliza sobre el carácter fisiológico de los pequeños trastornos digestivos o le orienta hacia exámenes complementarios si es necesario.
Este seguimiento permite detectar rápidamente posibles anomalías y adaptar los consejos a su situación. No dude nunca en compartir sus observaciones o inquietudes. Cada bebé tiene su propio ritmo.
En resumen, garantizar la comodidad digestiva de su bebé depende de gestos simples. Favorecer la expulsión del aire tragado permite prevenir cólicos, regurgitaciones y llanto relacionados con una digestión incómoda. Una buena posición durante la toma, un posicionamiento adecuado del bebé y gestos suaves suelen ser suficientes para facilitar este proceso.
Cada bebé es único: algunos necesitan eructar después de cada toma, mientras que otros lo necesitan menos. Lo esencial es que su hijo esté tranquilo, digiera bien y gane peso normalmente. En caso de signos inusuales o dudas, no dude en consultar a un profesional de la salud.
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Créditos de las fotos: marne123424 | nd3000
Este texto ha sido traducido del francés por una inteligencia artificial. La información, los consejos y las fuentes que contiene están conformes con las normas francesas, por lo que pueden no aplicarse a tu situación. Te recomendamos complementar esta lectura accediendo a la aplicación May ESP y consultando a los profesionales de la salud que te acompañan.