
Es bien sabido: embarazo rima con hormonas. Son ellas las que orquestan los numerosos cambios en tu cuerpo. Nos gustaría decir que entre las mujeres embarazadas y las hormonas hay una historia de amor tranquila, pero seamos realistas: esta relación se parece más a una montaña rusa.
¡Te lo contamos todo sobre la fascinante mecánica hormonal durante el embarazo!
¿Cuáles son las hormonas clave del embarazo?
En el cuerpo humano, las hormonas están por todas partes. Esto es cierto normalmente, pero aún más durante el embarazo, cuando todo el equilibrio hormonal cambia. ¡Hacemos un repaso a las cuatro hormonas más emblemáticas del embarazo!
La beta-hCG, LA hormona del embarazo
Verdadera protagonista en la larga lista de hormonas del embarazo, la beta-hCG (o gonadotropina coriónica humana) es secretada por el trofoblasto (¡el futuro placenta!) desde la implantación del óvulo en el endometrio y estimula la producción de hormonas sexuales.
Es su nivel, medido en sangre y/o orina, lo que permite confirmar el embarazo. Durante la nidación del embrión, este nivel se dispara y se duplica cada 48 a 72 horas. ¿Impresionante? ¡Aún no has visto nada!
La progesterona, hormona de la relajación
Junto con la relaxina, otra hormona, la progesterona permite la relajación de los ligamentos (en particular los de la pelvis, lo que explica los dolores a ese nivel durante el embarazo). De hecho, su acción relajante afecta a todos los músculos: tubo digestivo, vasos sanguíneos, periné… provocando una serie de molestias.
En realidad, la progesterona es una hormona muy versátil. Permite:
- Estimular el desarrollo del endometrio (la mucosa del útero) para ayudar a la implantación del embrión y el establecimiento de la placenta,
- Favorecer el desarrollo de los vasos sanguíneos que irrigan el útero,
- Evitar que el útero se contraiga para que pueda crecer al mismo ritmo que el feto,
- Favorecer el desarrollo de la glándula mamaria (e inhibe la lactancia durante el embarazo),
- Jugar un papel en la tolerancia inmunitaria de la madre hacia su feto.
La contrapartida: después del parto, la caída de la progesterona contribuye al famoso baby blues.
Los estrógenos, esas hormonas que dan buen aspecto
Al igual que con la progesterona, la concentración de estrógenos en tu cuerpo se dispara al inicio del embarazo y alcanza niveles muy elevados. Son los estrógenos los que pueden causar los primeros síntomas del embarazo: senos sensibles, náuseas, intolerancia a los olores…
Los estrógenos también son responsables de tu cabello brillante y tu piel radiante (de ahí los “¡qué bien te ves!”). En contrapartida, estas hormonas aumentan tu sensibilidad a los rayos UV, pudiendo causar una línea oscura y/o una máscara del embarazo. ¿Tu mejor amiga? La crema solar.
Por supuesto, los estrógenos no están solo para darte buen aspecto: son los que mantienen el engrosamiento del endometrio, favoreciendo así la implantación del feto y el desarrollo de la placenta y de los órganos fetales.
La oxitocina, la hormona del placer
Es cierto, conocemos mejor la oxitocina por su papel en el placer, el amor y el apego. Pero durante el embarazo, ¡también (y sobre todo) es la hormona de las contracciones!
La oxitocina es producida por el cerebro y su nivel aumenta mucho al final del embarazo y actúa sobre todo en el momento del parto, ordenando al útero que se contraiga.
Después del parto, un pico de oxitocina permite el desprendimiento de la placenta. Varios días después, la oxitocina sigue siendo secretada para ayudar al útero a volver a su tamaño normal.
De hecho, la OMS recomienda administrar sistemáticamente una dosis de oxitocina sintética tras el nacimiento para reducir el riesgo de hemorragia.
La oxitocina también interviene en la lactancia, junto con la prolactina, ordenando la contracción de la glándula mamaria, lo que permite la eyección de la leche.
¿Cómo afectan estas hormonas al embarazo?
Como acabamos de ver, las hormonas, que se desatan durante el embarazo, tienen cada una un papel bien definido, pero también provocan ciertos efectos secundarios en tu cuerpo…
- Disminución de la inmunidad del cuerpo (para permitir la implantación del embrión),
- Modificaciones en el cuerpo que pueden provocar complicaciones en algunos órganos,
- Molestias de todo tipo (los “pequeños” malestares del embarazo que no deberían llamarse así)…
… ¡y en tu mente!
- Cambios de humor,
- Libido modificada,
- Relación con el trabajo que evoluciona,
- Impaciencia,
- Dificultades de concentración,
- Cansancio o energía desbordante,
- Falta de aire,
- Pesadillas,
- Llanto fácil,
- Carcajadas,
- Tristeza,
- (La lista podría ser mucho más larga…)
No dudes en hablar de todos estos sentimientos y emociones con tu entorno y rodearte de personas amables durante todo tu embarazo.
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¿Cuáles son los síntomas de los desequilibrios hormonales durante el embarazo?
Todos los malestares mencionados anteriormente tienen su origen en los numerosos cambios del equilibrio hormonal en las mujeres embarazadas.
Un desequilibrio hormonal ocurre cuando hay demasiada (o muy poca) cantidad de una hormona en la sangre, provocando así una serie de alteraciones físicas y psíquicas. Concretamente: las famosas náuseas del embarazo, bajones emocionales, fatiga, dolores abdominales, reflujo gastroesofágico, estreñimiento…
Un consejo: date tiempo. Al fin y al cabo, ¿qué puede ser más normal en medio de tanto cambio que centrarse en una misma para adaptarse a este nuevo estado?
¿Cómo influyen las hormonas del embarazo en las emociones?
Sería demasiado fácil si las hormonas afectaran solo tu estado físico… Lo cierto es que también tienen una gran influencia sobre tus emociones. ¿Has oído alguna vez que una mujer embarazada experimenta “transparencia psíquica”? Te lo explicamos.
Imagina una olla: en circunstancias normales, hierve a fuego medio sin derramarse. El agua representa tus emociones. Puede hervir de vez en cuando, pero no se desborda porque el fuego está controlado.
Durante el embarazo, ese fuego se sube al máximo de forma repentina y aleatoria, de modo que el desbordamiento es imprevisible y el agua (tus emociones) se derrama a la vista de todos. Eso es la transparencia psíquica.
Como ya no eres tú quien controla la intensidad del fuego, puede ser difícil detener el desbordamiento. ¿Tu mejor aliado en esos momentos? El diálogo. Con alguien de confianza y/o con un profesional de la salud.
Las hormonas del embarazo te ponen a flor de piel, hipersensible, con una percepción a veces exagerada de la realidad… Puede resultar difícil de manejar, y es totalmente normal.
No tengas ningún reparo en hablar de ello durante una consulta de seguimiento del embarazo, para identificar junto a tu matrona o médico posibles soluciones reconfortantes o poner en marcha un acompañamiento si es necesario.
¿En qué momentos cambian los niveles hormonales durante el embarazo?
Pues… prácticamente todo el tiempo. Ya sea en el primer, segundo o tercer trimestre, las hormonas no dejan de cambiar. Aun así, se pueden observar algunas etapas clave:
➡️ Inicio del embarazo: los niveles de beta hCG aumentan drásticamente y confirman el embarazo en los análisis. A la beta hCG le acompañan la progesterona y los estrógenos.
➡️ Final del primer trimestre: el cuerpo lúteo (la bolsita hormonal que tanto te altera) en el ovario deja de secretar hormonas para mantener el embarazo y le cede el relevo a la placenta. Concretamente, a las 12 SA el nivel de beta hCG está en su punto máximo. Luego disminuye tres cuartas partes y se estabiliza hasta el final del embarazo.
➡️ Segundo trimestre: entras en una etapa más llevadera. Tu cuerpo se va acostumbrando poco a poco a todos estos cambios y los malestares del primer trimestre suelen desaparecer casi como por arte de magia (o casi). ¿La razón? Tus hormonas se estabilizan por un tiempo.
➡️ Tercer trimestre: tus hormonas se activan para permitir la relajación de fibras, músculos y ligamentos. ¿Adivinas por qué? Para que tu bebé pueda atravesar la pelvis y el periné en el momento del parto.
No todo es alegría, pero aprovecha para agradecer a tu increíble cuerpo… y acude al osteópata si lo necesitas. Al mismo tiempo, tus hormonas te colocan en un estado de hipervigilancia (una manifestación de tu cerebro reptiliano).
➡️ El postparto: después del parto, tus hormonas poco a poco regresan a niveles más normales.
¿Qué impacto tienen las hormonas en el desarrollo del feto?
Si las hormonas tienen tanto efecto sobre ti, seguramente te preguntarás qué efecto tienen sobre tu bebé… No es de extrañar que te digamos que las hormonas desempeñan un papel esencial en el desarrollo fetal. Por ejemplo:
- La beta hCG permite mantener el cuerpo lúteo, es decir, el líquido donde se desarrolló el ovocito que dará lugar al embrión y luego al feto.
- Los estrógenos y la progesterona permiten, como ya vimos, que tu cuerpo se adapte y se relaje. Sin estas hormonas, tu bebé no podría desarrollarse.
Te invitamos a volver a repasar las cuatro hormonas principales del embarazo que te presentamos antes: ¡todas tienen en común que favorecen un buen desarrollo fetal a lo largo del embarazo!
¿Lo sabías? Durante el primer mes, bajo el efecto de diversas hormonas, tu cuerpo ya produce 1 litro más de sangre para nutrir y llevar oxígeno al bebé.
¿Cómo cambian las hormonas después del parto?
Las hormonas en el postparto: es un tema amplio. El posnatal es un periodo de intensos cambios psíquicos y hormonales. Tus niveles hormonales caen en picado: lo que obliga a tu cuerpo a adaptarse, una vez más.
Un punto sobre el baby blues
También se sospecha que las hormonas, especialmente la progesterona, son responsables del famoso baby blues (junto con la falta de sueño y las distintas emociones provocadas por el parto).
El baby blues, definición: te sientes feliz, te ríes por nada, te sientes desesperada, te sientes poderosa, quieres retroceder, te duele, estás agotada, te sientes llena de energía… y todas estas emociones se suceden en un solo día, incluso en una sola hora.
Digámoslo claramente: no solo no es grave, sino que incluso es casi deseable. No hay nada especial que hacer, salvo aceptar estas emociones intensas y ambivalentes. También puedes tomarte un tiempo para ti, cuidar de tu cuerpo, alimentarte bien, dejarte ayudar por tus seres queridos…
❕¡Atención! Si este estado se prolonga más de quince días, no lo dudes: consulta de inmediato a tu matrona o a tu médico.
¡Tu cerebro se reorganiza!
Otro fenómeno fascinante con las hormonas después del parto: ¡transforman tu cerebro! (el de la madre, pero también el de tu pareja). Con la llegada de la parentalidad, tu cerebro cambia (gracias a un sutil cóctel de oxitocina y prolactina) para prepararse a comprender mejor las necesidades de tu hijo.
Una pequeña región del cerebro en particular (bien conocida por su implicación en la cognición social) se reorganiza. Objetivo: desarrollar súper habilidades parentales (detectar rápidamente el llanto del bebé, identificar emociones en su rostro, interpretar con agudeza las señales que emite…). ¿La naturaleza es sabia, verdad?
Como ves, el embarazo es un fenómeno complejo que se basa en un delicado equilibrio hormonal. ¡Tan complejo que muchas hormonas siguen siendo desconocidas o están en estudio!
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Foto: Rido81
Este texto ha sido traducido del francés por una inteligencia artificial. La información, los consejos y las fuentes que contiene están conformes con las normas francesas, por lo que pueden no aplicarse a tu situación. Te recomendamos complementar esta lectura accediendo a la aplicación May ESP y consultando a los profesionales de la salud que te acompañan.