
La miel, aunque es un azúcar natural apreciado por su sabor y beneficios para los dolores de garganta, genera dudas respecto a su introducción en la alimentación de los lactantes. ¿A partir de cuándo es seguro ofrecer miel a su hijo? ¿Y en qué cantidad?
Miel y niños: hagamos un repaso.
¿A partir de qué edad se puede dar miel a un niño?
La miel es un alimento rico en nutrientes y vitaminas, valorado también por sus propiedades calmantes. Sin embargo, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está fuertemente desaconsejado dar miel a los bebés menores de un año.
Esta precaución tiene como objetivo prevenir el riesgo de botulismo, una enfermedad rara pero potencialmente grave, causada por las esporas de Clostridium botulinum (una bacteria) transportadas por las abejas. Estas pueden encontrarse en la miel y así afectar el sistema digestivo aún inmaduro de los lactantes.
A partir del primer año, el sistema inmunológico y digestivo del niño generalmente están lo suficientemente desarrollados como para digerir la miel sin riesgo.
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¿Por qué se desaconseja la miel antes del primer año?
Existen varias razones por las cuales se desaconseja la miel a los niños menores de un año.
El botulismo
Como mencionamos anteriormente, el riesgo de botulismo es una de las principales razones por las cuales la miel está fuertemente desaconsejada a los bebés. En los niños muy pequeños, el sistema digestivo aún no es lo suficientemente maduro para eliminar las bacterias potencialmente presentes en la miel, lo que puede provocar la producción de toxinas causantes de la enfermedad, que puede conllevar graves dificultades respiratorias.
Los síntomas del botulismo pueden incluir:
- estreñimiento persistente,
- debilidad generalizada y letargo,
- fiebre e irritabilidad,
- dificultad para succionar o tragar,
- diarrea o heces anormales.
Es fundamental consultar a un médico si observa uno o más de estos síntomas en su hijo.
El azúcar
La miel también es una fuente de azúcar, que conviene limitar en los más pequeños. Los bebés necesitan nutrientes para su crecimiento, proporcionados principalmente por la leche materna o las fórmulas infantiles. Introducir el azúcar –incluso natural– demasiado pronto en su dieta puede alterar este equilibrio nutricional.
Estas son algunas razones por las cuales es importante moderar el consumo de azúcar en los niños pequeños:
- Los azúcares añadidos pueden provocar un desequilibrio en la flora intestinal, esencial para el correcto desarrollo del sistema digestivo e inmunitario del niño.
- Un consumo excesivo de azúcares desde edades tempranas puede fomentar una dependencia del sabor dulce, aumentando el riesgo de malos hábitos alimenticios a largo plazo.
- El azúcar también puede provocar la aparición de caries y una hiperactividad.
¡Atención! No se trata de demonizar el azúcar. Aunque no es adecuado para los bebés, nada impide ofrecerlo –en pequeñas cantidades– a su hijo cuando sea un poco mayor.
Los beneficios de la miel para los niños más grandes
La miel ofrece efectivamente muchos beneficios para los niños más grandes. En primer lugar, la miel es conocida por sus propiedades calmantes. En caso de tos seca o garganta irritada, una cucharadita de miel puede aliviar la tos.
Desde el punto de vista nutricional, la miel es mucho más que un simple azúcar. Es rica en vitaminas y constituye una fuente de nutrientes.
- Fuente de vitaminas y minerales: la miel contiene vitaminas del grupo B que ayudan al desarrollo del metabolismo energético.
- Refuerzo del sistema inmunitario: gracias a sus propiedades antibacterianas, la miel puede ayudar a reforzar el sistema inmunitario del niño, especialmente durante los meses fríos.
- Ayuda a la digestión: en niños mayores de un año, la miel puede contribuir al equilibrio de la flora intestinal, ayudando a prevenir el estreñimiento y mejorando la regularidad intestinal.
Tenga en cuenta que, por supuesto, la miel no es la única fuente de estos nutrientes. Por lo tanto, no es obligatorio dar miel a su hijo.
¿Cómo introducir la miel en la alimentación de mi hijo?
Aquí tiene algunos consejos para incorporar la miel en la dieta de su hijo a partir de un año:
- Comience con pequeñas cantidades: introduzca la miel en dosis pequeñas para observar cualquier reacción alérgica o problema digestivo. Una cucharadita es suficiente al principio.
- Mezcle con otros alimentos: añada miel a alimentos que el niño ya consuma, como yogur natural o cereales. Así se acostumbra progresivamente al nuevo sabor dulce, beneficiándose de los nutrientes y vitaminas que contiene.
- Evite el biberón: no mezcle miel en el biberón para evitar un consumo excesivo de azúcar y el riesgo de caries. Prefiera añadirla a alimentos sólidos.
- Observe la reacción del niño: aunque rara, puede aparecer una intolerancia o reacción alérgica. Vigile signos como erupciones cutáneas, trastornos digestivos y consulte a su profesional sanitario si es necesario.
- Consumo moderado: aunque la miel es un azúcar natural, debe consumirse con moderación para evitar desequilibrios nutricionales y prevenir malos hábitos alimentarios.
La miel es por tanto un ingrediente interesante para introducir en la dieta de su hijo si tiene más de un año. No obstante, cuidado con no abusar de ella, ya que sigue siendo un alimento naturalmente muy dulce. En caso de duda sobre la alimentación de su hijo, no dude en consultar a su médico/pediatra o hacer sus preguntas a nuestros profesionales de la salud, disponibles todos los días en el chat de May.
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Créditos de las fotos: Image-Source | Pressmaster | Mint_Images | solovei23
Este texto ha sido traducido del francés por una inteligencia artificial. La información, los consejos y las fuentes que contiene están conformes con las normas francesas, por lo que pueden no aplicarse a tu situación. Te recomendamos complementar esta lectura accediendo a la aplicación May ESP y consultando a los profesionales de la salud que te acompañan.