
Dejar llorar al bebé para dormir: métodos, beneficios y límites
La lactancia es un momento de vínculo privilegiado entre una madre y su bebé. Pero a veces, pueden surgir imprevistos. Hablemos de uno de ellos: la mastitis.
¡Te lo contamos todo!
Casi una de cada cuatro mujeres lactantes experimenta uno o más episodios de mastitis durante su lactancia, pero ¿qué es exactamente? Concretamente, una mastitis es la inflamación de una parte del pecho y de la glándula mamaria (la parte del pecho que produce la leche para alimentar a tu bebé).
Cuando hablamos de inflamación, nos referimos a la respuesta típica del sistema inmunitario ante una agresión externa: la piel se vuelve roja y caliente al tacto, e incluso puede doler.
Una mastitis aparece cuando los pechos están congestionados, generalmente porque el bebé mama poco o de forma ineficaz, obstruyendo así un conducto. Si el conducto se obstruye, la leche se estanca, y esto provoca la inflamación (la mastitis).
Algo importante a recordar: es fundamental adoptar una buena postura al amamantar. Asegurar un buen traspaso de la leche reduce significativamente el riesgo de congestión.
Una buena postura es, ante todo, una posición en la que la madre esté cómodamente instalada y el bebé pueda abrir bien la boca para agarrar no solo el pezón, sino también parte de la areola y del pecho. Esto le permite usar su capacidad para mamar eficazmente, vaciar el pecho y así mantener una lactancia sin dolor.
De hecho, en caso de dolor, te aconsejamos optar por la posición de «biological nurturing», que reduce la presión sobre el pezón. Tu bebé está colocado sobre ti y tu torso ligeramente inclinado hacia atrás.
A veces se llama a la mastitis «la gripe del pecho», ya que los síntomas son bastante similares… a los de una gripe. Es decir: fiebre, dolores musculares, fatiga y malestar general.
Por eso, la mastitis se detecta con bastante facilidad, ya que presenta varios síntomas característicos:
A veces puede ser difícil distinguir entre una mastitis y una congestión a simple vista. En ese caso, hay que fijarse en varios puntos.
La localización: mientras que la mastitis siempre es unilateral, la congestión suele ser bilateral. Puede que solo afecte un pecho, pero es poco común.
Los síntomas: como hemos visto, la mastitis provoca un estado gripal y una zona roja, dolorosa y localizada en un solo pecho. Los síntomas de una congestión son: pechos tensos, hinchados, sensibles o incluso dolorosos.
La temperatura: la mastitis provoca fiebre, a diferencia de la congestión, que causa poca o ninguna.
Sabemos que ciertos factores favorecen la aparición de una mastitis:
Algunos puntos de esta lista, como el estrés y la fatiga, son difíciles de evitar como madre, lo entendemos. Pero puedes intentar limitarlos al máximo pidiendo ayuda a tu entorno.
❕Otro punto a vigilar: el destete. Un destete demasiado rápido puede afectar físicamente y provocar una congestión o una mastitis. Por eso, recomendamos optar por un destete progresivo, para poder hacer esta transición con suavidad.
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Tranquila: la mayoría de los tratamientos para eliminar una mastitis son fáciles de aplicar y suelen ser muy eficaces, además de naturales. Puedes:
Uno de los mejores remedios contra la mastitis es pasar un día en la cama con tu bebé, ofreciéndole el pecho a demanda.
❕La mastitis puede hacer que la lactancia sea dolorosa. Lo importante es no caer en un círculo vicioso: cuanto menos mama tu bebé, menos se vacía el pecho y más difícil se vuelve la lactancia.
Si estos métodos no funcionan, los síntomas son demasiado incómodos o la mastitis persiste más de 24 h: consulta con un médico. Te podrá recetar analgésicos o antiinflamatorios.
Como siempre, cuidado con la automedicación. Antes de iniciar cualquier tratamiento farmacológico, consulta a un profesional sanitario.
Si una mastitis no mejora después de 24 horas de cuidados locales: consulta. El médico podrá prescribirte un tratamiento antiinflamatorio adecuado o incluso antibióticos en caso de complicaciones.
No, una mastitis no afecta la salud de tu bebé. Sin embargo, la leche puede volverse más salada. Es posible que el bebé rechace ese pecho. En ese caso, ofrécele el otro.
Como la mastitis no es un virus, aunque los síntomas lo sugieran, no hay riesgo para tu bebé.
Idealmente, la respuesta debería ser no. Como hemos visto, tu bebé no corre ningún riesgo. Sin embargo, el dolor es una de las principales razones para el destete en las primeras semanas. Aun así, el dolor o la mastitis son problemas que pueden resolverse con la ayuda adecuada.
Por eso es esencial contar con buen acompañamiento. No dudes en contactar con una o un consultor en lactancia certificado IBCLC (certificación internacional). Estas personas profesionales están ahí para ayudarte, responder tus preguntas y darte consejos.
En May, puedes escribir a nuestro equipo de enfermeras pediátricas — algunas de ellas también son consultoras IBCLC — todos los días de 8h a 22h a través del chat.
La mastitis es, por tanto, una complicación lamentablemente común en la lactancia, pero que por suerte no representa peligro para tu bebé y tiene solución. Así que no dudes en buscar apoyo: te lo mereces ❤️.
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Foto: StiahailoAnastasiia
Este texto ha sido traducido del francés por una inteligencia artificial. La información, los consejos y las fuentes que contiene están conformes con las normas francesas, por lo que pueden no aplicarse a tu situación. Te recomendamos complementar esta lectura accediendo a la aplicación May ESP y consultando a los profesionales de la salud que te acompañan.
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