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El lenguaje de señas es una forma de comunicación visual. Una vez aprendido, no se necesitan palabras para expresar nuestras necesidades: utilizamos señales con el cuerpo para hacernos entender. ¿Quieres enseñárselo a tu bebé? Aquí te damos toda la información clave para lograrlo.
Comunicarse sin palabras: hagamos balance.
La gestualidad natural de los niños se desarrolla más rápido que el habla. Por lo tanto, es muy relevante enseñarles el lenguaje de señas.
Tu hijo quiere expresarse y comunicar sus necesidades mucho antes de poder hablar. Por eso el lenguaje de señas es útil para facilitar la comunicación entre los bebés y su familia.
La comunicación a través de gestos reduce la sensación de frustración que siente el bebé cuando no logra expresar claramente lo que necesita. Le permite pedir fácilmente agua, su peluche o decir “más” cuando quiere repetir una acción, como cantar una canción, por ejemplo.
Así, los gestos contribuyen a construir un vínculo sereno entre padres e hijos:
¡No olvides que tu cuerpo también envía mensajes a tu bebé! Percibe tus intenciones y emociones mucho mejor que tus palabras. Y no es el único. Según los estudios, la comunicación no verbal (que incluye el lenguaje corporal) representa el 80 % de la comunicación. Las palabras, en cambio, solo representarían el 20 %.
Es preferible esperar a que el bebé observe atentamente tus gestos antes de enseñarle el lenguaje de señas, generalmente alrededor de los 4 a 6 meses.
Cada niño responde a su propio ritmo. Algunos necesitarán más tiempo para observar antes de lanzarse. Por supuesto, no pasa nada si tu hijo es más grande y deseas empezar a enseñarle los signos, nunca es demasiado tarde.
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Para empezar, puedes elegir las palabras más comunes en tus intercambios con el niño y asociarlas con el signo correspondiente. No es necesario introducir muchas. Una decena de palabras es suficiente al principio. Por ejemplo, puedes empezar por las siguientes: amamantar, biberón, más, dormir, papá, mamá, peluche, abrazo…
Aprovechamos para darte algunos ejemplos. ¿Sabes cómo se hacen estos gestos?
Una mano abierta. La otra mano, doblada en ángulo recto, toca dos veces con la punta de los dedos la palma de la mano extendida.
Acercar una mano abierta a la oreja, inclinar la cabeza hacia un lado y cerrar los ojos.
Hacer el gesto de comer apuntando la mano en forma de pico hacia la boca dos veces.
Imitar el gesto de beber.
Tocar el lateral de la mano entre la cintura y el pecho dos veces.
Abrir y cerrar el dedo índice sobre el pulgar dos veces, pero al lado de la boca para no confundirlo con el signo del pájaro. Para decir “padre”, el gesto se hace una sola vez.
Mantener las palmas de las manos orientadas hacia uno mismo y girarlas de modo que los dedos apunten hacia abajo.
Preséntalos uno por uno. Después podrás añadir otras palabras poco a poco.
El lenguaje de señas no retrasa el aprendizaje del habla porque cada signo está asociado a la pronunciación oral de la palabra. Al contrario, ayuda al bebé a comprender mejor esa palabra y a utilizarla antes. Además, la comunicación gestual puede reforzar las ganas del niño de comunicarse y, por tanto, de hablar cuando pueda hacerlo.
A diario, te recomendamos asociar sistemáticamente el gesto a la palabra para incluirlo en tu rutina. Como ocurre con muchos otros aprendizajes, es la repetición lo que ayudará a tu bebé a interiorizar los gestos y las palabras y a utilizarlos a su vez. Una excelente manera de ampliar su vocabulario con el tiempo.
Puedes optar por un aprendizaje lúdico (un poco como un juego) traduciendo algunas palabras de un libro o una canción al lenguaje de señas. Además de compartir un momento de complicidad y fortalecer la conexión padre-hijo, estos gestos favorecen el aprendizaje del lenguaje del bebé al proponerle el signo como apoyo visual de la palabra.
El lenguaje de señas crea un puente adicional entre tú y tu bebé. Es un modo de comunicación que le ayuda a expresar sus necesidades y emociones antes de que pueda hacerlo con palabras. Siempre debe utilizarse respetando sus capacidades y necesidades. Es una herramienta beneficiosa para toda la familia, y también en la guardería.
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Foto: Envato
Este texto ha sido traducido del francés por una inteligencia artificial. La información, los consejos y las fuentes que contiene están conformes con las normas francesas, por lo que pueden no aplicarse a tu situación. Te recomendamos complementar esta lectura accediendo a la aplicación May ESP y consultando a los profesionales de la salud que te acompañan.
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