
Usted sostiene a su bebé en brazos, todo va de maravilla en el mejor de los mundos salvo que, de repente: siente pequeñas zonas blandas en su cráneo… ¡No se asuste! Es totalmente normal. ¿Qué son las fontanelas? ¿Para qué sirven? ¿Hay que protegerlas?
¡Se lo contamos todo!
¿Qué son las fontanelas de un bebé?
Con un bebé en brazos, ¡nunca faltan preguntas! El tema de hoy: las fontanelas. Le tranquilizamos enseguida: esas pequeñas zonas blandas en su cráneo son perfectamente normales.
De hecho, al nacer, el cráneo de un recién nacido está compuesto por cinco huesos principales. Estos huesos están separados y unidos entre sí por lo que se llaman suturas craneales.
Concretamente, las diferentes partes del cráneo están unidas por zonas de unión más blandas antes de soldarse, más tarde, durante su crecimiento. Mientras tanto, antes de que los huesos del cráneo se suelden, se pueden sentir estas pequeñas zonas blandas en la parte delantera y trasera de la cabeza del bebé: son lo que llamamos fontanelas.
Existen seis diferentes (una para cada zona de unión) pero solo dos fontanelas pueden palparse directamente.
➡️La fontanela anterior: es la más grande de las seis fontanelas y, como su nombre indica, está situada en la parte delantera de la cabeza del bebé. Tiene forma de rombo.
➡️La fontanela posterior: de forma triangular, está situada en la parte trasera de la cabeza del lactante y es mucho más pequeña que la fontanela anterior.
¿Para qué sirven las fontanelas del lactante?
Las fontanelas del lactante tienen varias funciones.
➡️En primer lugar, son esenciales el día de su nacimiento. Durante un parto vaginal, las fontanelas permiten que el cráneo de su bebé pase más fácilmente por la pelvis y luego por el cuello del útero. Estas zonas blandas aportan cierta flexibilidad y capacidad de adaptación al cráneo de su hijo.
➡️Más adelante, las fontanelas permitirán que el cerebro se desarrolle, sin faltar espacio en el cráneo (este último seguirá siendo “moldeable” gracias a las fontanelas). El tamaño del cráneo podrá aumentar rápidamente durante los tres primeros años.
➡️El aspecto de las fontanelas también permite tener una idea del estado de salud de su recién nacido: si normalmente son planas, también pueden estar abombadas o hundidas, lo que indica una presión intracraneal normal o demasiado alta, o un estado de deshidratación.
➡️Además, la velocidad con la que se cierran las fontanelas también puede indicar un estado de salud o una patología particular, que así podrá identificarse de manera precoz.
¿Cuándo se cierran las fontanelas en el bebé?
Un recién nacido conserva sus fontanelas un tiempo: de hecho, la fontanela posterior normalmente se cierra entre los 2 y 4 meses de su hijo, aunque en general ya es muy pequeña al nacer, mientras que la fontanela anterior se cierra entre los 9 y 18 meses según la Seguridad Social.
Por ello, tras el nacimiento, su médico o pediatra medirá regularmente el perímetro craneal de su bebé y comprobará el cierre de las fontanelas. Este examen no es invasivo, ya que se realiza simplemente palpando la fontanela.
De esta forma, se asegurará de que no se cierren ni demasiado pronto ni demasiado tarde y podrá detectar precozmente una posible patología.
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¿Cómo saber si las fontanelas de mi lactante son normales?
Lo hemos visto: generalmente, las fontanelas son blandas y flexibles. Si las fontanelas no están ni abombadas ni hundidas, entonces todo va bien.
Cuando su bebé está tranquilo, pueden moverse al ritmo de los latidos del corazón. Cuando su bebé llora o incluso tose, pueden abombarse transitoriamente, sin motivo de preocupación.
➡️Por el contrario, unas fontanelas hundidas suelen indicar deshidratación.
No es raro que las fontanelas estén un poco más hundidas cuando su bebé está en reposo. Sin embargo, si permanecen hundidas mientras su hijo está despierto, consulte rápidamente. Si es la hora de la toma o del biberón y su bebé se encuentra bien, espere a que coma: ¡la fontanela debería volver a su volumen normal!
➡️A la inversa, unas fontanelas abombadas o hinchadas pueden indicar que la presión intracraneal es elevada. No dude en consultar con urgencia. Puede deberse a diversas patologías como un aumento del líquido o hidrocefalia, una meningitis, un tumor o una hemorragia.
❗En cualquier caso, si nota un cambio o una textura inusual a la vista o al tacto, no dude en contactar con un/a profesional de salud para comprobar que todo va bien.
¿Qué hacer si las fontanelas de mi bebé están hundidas?
Lo hemos visto: unas fontanelas hundidas son, muy a menudo, signo de deshidratación. La deshidratación puede poner rápidamente en peligro la vida de un lactante (el agua representa hasta el 80% del peso de un recién nacido): por lo tanto, es un caso que requiere una consulta urgente.
❗Como recordatorio, los principales signos de deshidratación en un niño (además de fontanelas hundidas) son:
- Su bebé duerme mucho,
- Ha perdido peso (más del 5%),
- Orina poco,
- Tiene la boca (lengua y labios) seca,
- Llora pero no produce lágrimas,
- Está pálido,
- Tiene los ojos hundidos.
La pérdida de agua puede ser muy rápida en los lactantes, por lo que hay que estar atento antes de los 12 meses (¡y también después!).
Para evitar la deshidratación en su bebé, puede darle una solución de rehidratación oral (SRO). Se encuentran en farmacias, con o sin receta. Le aconsejamos tener siempre algunos sobres en casa por si acaso.
¿Hay que tomar precauciones para proteger las fontanelas de un bebé?
Aunque parezcan frágiles en comparación con el resto del cráneo, las fontanelas son más resistentes de lo que parecen. De hecho, tienen incluso menos probabilidades de romperse que un hueso.
Evidentemente, eso no significa que pueda presionar fuerte sobre ellas, pero tampoco es necesario ponerle un casco a su bebé. Además, es importante lavar toda la cabeza de su bebé, incluso en la zona de las fontanelas. Puede masajear esa zona con el champú sin problema, enjuagar y pasar el cepillo por encima.
Buen dato: su bebé podría presentar costras lácteas. La dermatitis seborreica del lactante es una enfermedad cutánea común, relacionada en particular con un exceso de secreciones grasas en el cuero cabelludo. Estas placas aparecen antes de los 6 meses (en general, desde la segunda semana de vida) en un bebé sano por lo demás. La buena noticia es que no son contagiosas ni incómodas. Sin embargo, es recomendable eliminarlas progresivamente para facilitar el crecimiento del cabello y evitar la sobreinfección.
Lo hemos visto: las fontanelas son una característica sorprendente del cráneo de un lactante. Se cierran progresivamente y pueden aportar valiosa información sobre la salud de su bebé.
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Foto: Demkat
Este texto ha sido traducido del francés por una inteligencia artificial. La información, los consejos y las fuentes que contiene están conformes con las normas francesas, por lo que pueden no aplicarse a tu situación. Te recomendamos complementar esta lectura accediendo a la aplicación May ESP y consultando a los profesionales de la salud que te acompañan.