El sueño es esencial para los bebés: favorece el crecimiento, el desarrollo, la maduración cerebral, así como el sistema inmunitario. ¡Un lactante puede dormir hasta 20 horas al día! Al principio, sus ciclos de sueño no se parecen en absoluto a los de los adultos y pueden parecerte un poco caóticos. Entonces, ¿a partir de cuándo un bebé duerme realmente toda la noche?
May te lo explica.
¿Qué es un bebé que “duerme toda la noche”?
Se puede decir que un niño duerme toda la noche a partir de seis horas seguidas de sueño nocturno.
Para que tu bebé pueda dormir todo ese tiempo sin alimentarse, debe poder acumular reservas de energía y también ajustar su reloj biológico (adquirir lo que se llama el ritmo circadiano, es decir, los ciclos de 24 horas con el día y la noche; en otras palabras, el mismo ritmo que nosotros).
¿A qué edad los bebés suelen empezar a dormir toda la noche?
¡La pregunta que atormenta a tantos padres primerizos! Durante los primeros meses de vida de tu bebé, su sueño va a evolucionar. Al nacer, hay al menos tres diferencias principales que conviene conocer entre la estructura de su sueño y la tuya:
1- Sus ciclos de sueño son muy cortos: 40 a 50 minutos de media. Al final de cada ciclo, tu bebé puede despertarse o volver a dormirse. Hasta el primer mes, puede encadenar con relativa facilidad dos, e incluso tres ciclos. A partir de un mes, encadenar ciclos es más complicado porque la estructura del sueño se modifica.
2- Entre cero y tres meses, el sueño de tu bebé se estructura en dos fases: el sueño agitado (sueño REM) y luego el sueño lento (sueño tranquilo). El sueño REM representa aproximadamente el 80% del tiempo de sueño de los más pequeños. Por eso, cuando se duerme, se mueve, hace ruidos, se estira, abre los ojos… ¡pero está durmiendo! Cuando está en sueño tranquilo, podrás observar su carita relajada, su respiración calmada y los pies, las manos y el rostro distendidos.
3- El recién nacido no distingue entre el día y la noche (el ritmo circadiano del que hablábamos). Lo que guía sus despertares es la sensación de saciedad o de hambre… ¡tanto de día como de noche!
Se observa que la mayoría de los bebés empiezan a alargar su sueño nocturno hacia las seis semanas de vida, pero esto es solo una media, y es totalmente normal que tu bebé se despierte por la noche durante los primeros meses.
Ten en cuenta además que esta fase de sueño más prolongada puede darse entre las 22:00 y las 4:00 (así que todavía no es lo ideal para el sueño de los padres…).
En realidad, tu bebé aprende a dormir toda la noche (como el resto) a su propio ritmo: cada niño es diferente y, si tienes más de uno, probablemente notarás que no tienen la misma relación con el sueño.
¿Cómo puedo ayudar a mi bebé a dormir más tiempo por la noche?
Para ayudar a tu bebé a dormir bien, es esencial observarlo y responder a sus necesidades. Aquí tienes nuestras técnicas para acompañar a tu bebé en los brazos de Morfeo. Ojo: no existe un remedio milagroso, ¡se sabría! Aun así, te proponemos pistas prometedoras que puedes explorar:
El lugar para dormir
Para que su lugar de descanso sea adecuado, es importante que responda a su necesidad de contención: tu bebé se sentiría perdido en una cama grande. Para dormirse, le gustan los espacios pequeños (como los moisés) donde puede tocar los bordes.
En su moisés, no dudes en colocar a tu bebé cerca del borde para que sienta contacto. Necesita sentir límites a su alrededor. Ponerle un saco de dormir bien ajustado también puede tranquilizarlo.
El ritmo
Al principio, tu bebé necesita dormir mucho; respeta su ritmo: si está sano, no hace falta despertarlo cuando duerme durante el día. A menudo, los padres piensan que si le quitan sueño de día, dormirá más por la noche, pero eso es falso. Solo desincronizarías su ritmo de sueño.
La diferencia entre el día y la noche
Esta diferenciación se hace de forma progresiva, por lo general alrededor de las 6–8 semanas de vida. Aquí tienes algunas soluciones para ayudar a tu bebé a integrarla:
Durante el día, haz ruido con normalidad, no cierres las persianas cuando duerma: ¡vive como siempre! También expónlo a la luz durante un paseo diario.
En cambio, por la noche, incluso cuando lo alimentes, mantén un ambiente tranquilo y con luz tenue: intenta no encender todas las luces y no hacer demasiado ruido. Vuelve a acostarlo después de alimentarlo y limita al máximo las manipulaciones.
El llanto
Evita dejarlo llorar: es muy pequeño y esos llantos son la manifestación de una necesidad a la que hay que responder. Tu bebé necesita tu presencia para sentirse tranquilo.
Por supuesto, algunos llantos no siempre requieren tu intervención. El llanto de descarga justo antes de dormir puede ser necesario para liberar tensiones acumuladas durante el día sin que por ello esté en un estado de estrés avanzado (al contrario, ¡puede hacerle bien!).
¿Existen técnicas de calma que favorezcan el sueño continuado?
Para calmar a tu bebé y esperar que duerma más tiempo encadenando ciclos, aquí tienes algunas técnicas que pueden venirle muy bien durante el día:
El porteo
Sostenido, pegadito a ti, mecido por tu respiración, calentito, encadena más fácilmente los ciclos de sueño con el porteo porque respondes a su necesidad de seguridad.
El porteo crea fácilmente condiciones parecidas a las que vivía en el útero. Una buena solución durante el día que te permite tener las manos libres mientras tienes a tu bebé bien pegado a ti. Sin contar toda la oxitocina, la hormona de la felicidad, que se libera cuando tu hijo está contra ti: ¡sería una pena privarse!
Atención: la técnica del porteo se recomienda cuando estás activo/a durante el día; te recomendamos no usarla cuando duermes.
El envolvimiento
Del mismo modo que el porteo, el envolvimiento también es muy eficaz porque el recién nacido recupera esa sensación de contención. El envolvimiento también tiene la virtud de limitar los despertares relacionados con el reflejo de Moro (reflejo primitivo del lactante que le hace separar brazos y piernas bruscamente).
Atención: hay que tener en cuenta ciertas precauciones para envolver a tu bebé sin riesgos, como vigilarlo de forma continua. Te invitamos a consultar nuestra ficha sobre el envolvimiento en nuestra aplicación May.
El balanceo
Para recordarle el calor y el movimiento que tenía en el vientre, no dudes en mecerlo para ayudarle a dormirse. Una vez dormido, vuelve a colocarlo suavemente en su cama. Para conocer todos nuestros consejos para acostar a un bebé sin despertarlo, puedes consultar nuestra ficha Consejos para acostar a tu recién nacido sin despertarlo en la aplicación May.
Esta práctica también refuerza el vínculo madre/padre-hijo. ¡Disfruta de este momento de amor!
¿Quieres saber más? No dudes en descargar la aplicación May, donde encontrarás numerosos recursos para acompañarte y guiarte a lo largo de tu vida como padre o madre primerizo(a).
¿Cuáles son las mejores prácticas para establecer una rutina de sueño para mi bebé?
Durante las primeras semanas de vida, tu bebé se duerme en cuanto está saciado. Por lo tanto, es difícil y no muy adecuado establecer una rutina durante este periodo.
Pero en cuanto tu bebé empieza a tener fases de vigilia un poco más largas (en general hacia el segundo mes), puedes empezar a instaurar rutinas de sueño. Esto le da seguridad y te ayuda a organizarte.
Por ejemplo, puedes proponerle dormir en cuanto observes los primeros signos de cansancio (llora, mira al vacío, bosteza, se toca la oreja, se frota los ojos, se pone irritable, aunque es cierto que estos signos son difíciles de detectar cuando tu bebé es muy pequeño…). Para ello, ponlo en un ambiente tranquilo, en tus brazos… Se trata de ponerlo en condiciones seguras y en un entorno favorable al sueño. Procura también mantener una buena temperatura en la habitación (entre 18 y 20 grados) y no dudes en estar presente con él/ella en la habitación.
A partir de los cuatro a seis meses, puedes proponer a tu bebé una rutina más establecida, con la propuesta de un ritmo más definido en torno a las comidas y las siestas.
En este contexto, manteniéndote atento/a a sus señales de cansancio, puedes empezar a proponer rutinas de sueño poniendo a tu hijo en condiciones para dormir (por ejemplo, en su habitación con luz tenue, con un saco de dormir, en calma, acompañándolo hacia el sueño…).
En todas las situaciones y a cualquier edad, las rutinas tranquilizan a los niños: mismo lugar, mismo ambiente, misma secuencia… ¡Así que no dudes!
Conviene saber: el ritual de acostarse debe tener en cuenta el nivel de cansancio de tu hijo. Un niño demasiado cansado ya no puede aprovechar el ritual antes de dormir… De ahí la importancia de reconocer bien las señales de cansancio para anticipar el ritual.
¿Cómo gestionar los despertares nocturnos mientras esperas a que el bebé duerma toda la noche?
Todos los bebés se despiertan por la noche. Es un comportamiento totalmente normal.
Pero ¿por qué estos despertares nocturnos? Durante los primeros meses, es posible que tu bebé tenga hambre. Es esencial responder a esa necesidad. Tu hijo también puede despertarse entre dos ciclos sin tener hambre. En ese caso, te llama porque quiere sentirse seguro. Esto no tiene nada de “capricho”: tu presencia, tus brazos, el calor de tu cuerpo, tu olor… son referencias tranquilizadoras que necesita para volver a dormirse. No tengas miedo de responder: no necesariamente le darás malos hábitos a esta edad. Cuanto más respondas a sus necesidades, más seguro se sentirá para ganar autonomía después. ¡Todo son ventajas!
A partir de los cuatro a seis meses, puedes acompañar a tu bebé para que vuelva a dormirse solo entre dos ciclos dándole un poco más de autonomía a la hora de dormirse por la noche. De hecho, muy a menudo los bebés buscan las mismas condiciones para volver a dormirse entre dos ciclos que las que tuvieron para dormirse al acostarse.
Por ejemplo, si tu hijo sigue pidiendo un biberón por la noche cuando ya toma suficiente leche durante el día, puedes evitar incluir el biberón en el ritual de acostarse para que aprenda a diferenciar el momento de comer y el momento de dormir.
💡En cualquier caso:
Evita correr hacia tu bebé al primer ruido; mejor dale una oportunidad de volver a dormirse solo. Entre dos ciclos, tu bebé puede hacer ruido sin necesitarte.
Recuerda, como se mencionó antes, que tu bebé no te despierta por la noche para fastidiarte. No se trata de un capricho, sino de la expresión de una necesidad: tu presencia, para volver a dormirse.
¿Tienes otras preguntas? Descarga la aplicación May: un equipo de enfermeras puericultoras está disponible 7 días a la semana de 8:00 a 22:00 para responderte.
¿Cuál es el impacto de la privación de sueño en los padres y cómo afrontarlo?
La privación de sueño puede tener un gran impacto en ti: irritabilidad, dificultad para concentrarte, estrés… Aquí tienes algunas ideas para conservar un poco de energía en este día a día agitado:
- Descansa cuando sea posible: a veces estás tan cansado/a que tu cuerpo ni siquiera logra descansar. Para ayudar a tu cuerpo a recuperar descanso, intenta alternar entre momentos de alerta y de reposo. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero puedes reservar algunos momentos del día para echar una siesta o hacer una actividad que te relaje (como escuchar música). También te aconsejamos reservar la cama solo para la noche (evita trabajar en la cama, por ejemplo), evitar las pantallas y no hacer deporte 2 horas antes de acostarte para favorecer las mejores condiciones posibles de sueño. Son solo consejos: haz lo que puedas; lo esencial es cuidarte.
- Come de forma equilibrada: lo sabemos, es una misión difícil para los padres primerizos que no tienen tiempo. Pero la alimentación sigue siendo el combustible de nuestras vidas. Algunos consejos para ayudarte durante este periodo: intenta hidratarte lo suficiente; también te recomendamos evitar el café o el alcohol y comer a horas fijas. Para ahorrar tiempo, quizá puedas plantearte planificar tus menús de la semana y/o hacer batch cooking (preparar de una vez para varios platos de la semana). Así, no tendrás que pensar en la cocina durante la semana.
Para más detalles, te invitamos a consultar nuestra ficha Fatiga parental: ¿cómo recuperarse físicamente? en la aplicación May.
En resumen, no te pongas presión para que tu bebé duerma toda la noche, aunque sabemos que a veces es difícil cuando te lo preguntan constantemente. Cada niño avanza a su ritmo. ¡El mejor consejo es cuidarte!
Foto: King_satriaru
Este texto ha sido traducido del francés por una inteligencia artificial. La información, los consejos y las fuentes que contiene están conformes con las normas francesas, por lo que pueden no aplicarse a tu situación. Te recomendamos complementar esta lectura accediendo a la aplicación May ESP y consultando a los profesionales de la salud que te acompañan.