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El ciclo femenino… un universo todavía bastante misterioso. Incluso las mujeres, que son las principales implicadas, a veces carecen de información. Hagamos un repaso de una fase importante del ciclo menstrual: la ovulación.
Definición y síntomas: ¡te lo contamos todo!
Para entender bien qué es la ovulación, hay que repasar todas las etapas que la preceden y la siguen. La verdadera historia del ciclo femenino: ¡una pequeña clase de repaso!
Para comenzar, volvamos sobre una idea preconcebida: la duración del ciclo. No necesariamente equivale a 28 o 30 días. Según la mujer, puede durar de 18… ¡a 40 días! Además, el ciclo se divide en cuatro fases (aunque tendemos a notar solo una, la de la menstruación).
➡️ Fase folicular:
➡️Fase fértil ovulatoria:
Es aquí donde se produce la ovulación. Es decir, el óvulo es captado por la trompa mientras que el folículo (la envoltura) permanece en el ovario. Esto se llama cuerpo lúteo. Atención, esta ovulación no ocurre necesariamente el día 14 del ciclo, ¡esto varía de una mujer a otra!
➡️Fase lútea:
➡️La menstruación:
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Ahora que conocemos un poco mejor el ciclo femenino, podemos centrarnos en una cuestión esencial: cómo identificar cada fase del ciclo y ¿cuáles son sus síntomas?
Para responder a esta pregunta, hablemos un poco de los MOC (métodos de observación del ciclo). Son métodos científicos fiables de seguimiento del ciclo ovulatorio basados en la observación diaria de «biomarcadores» de fertilidad femenina.
Un biomarcador es una señal que el cuerpo da a la mujer para que pueda orientarse en su ciclo. La menstruación, por ejemplo, es el biomarcador más evidente del ciclo femenino. Sin embargo, existe otro, también preciso, pero mucho más discreto: el moco cervical (más comúnmente llamado flujo vaginal). Este es uno de los síntomas más detectables de la ovulación, pero ¡no es el único! Veamos un panorama de los biomarcadores.
El moco cervical (o “glera cervical” o “flujo vaginal”) es producido por el cuello uterino, también llamado cérvix. Está compuesto en un 90% por agua, así como por células inmunitarias (diferentes tipos pertenecientes al sistema inmunológico) y por sustancias nutritivas y enzimáticas. El moco cervical forma una red de mallas tridimensionales que, a lo largo del ciclo, se estrechan o se ensanchan, impidiendo o facilitando el paso de los espermatozoides. ¡De ahí su papel crucial en la fecundidad!
Más aún, la textura del moco cervical es también el signo por excelencia de que estás en fase ovulatoria. Es a la vez una señal interna y externa, perceptible y visible. De hecho, su textura cambia unos días antes de la ovulación. El moco cervical es un marcador biológico que la mujer puede percibir con gran precisión si aprende a observarlo.
Es interesante señalar que el cuello uterino contiene constantemente moco cervical, pero según el entorno hormonal del ciclo, su naturaleza evoluciona.
➡️Durante la mayor parte del ciclo, el cuello está obstruido por un moco denso como un tapón. En esta fase infértil, la glera es seca y pegajosa.
➡️Sin embargo, durante 4 a 5 días, el moco cervical se vuelve más fluido, se escurre y permite el paso de los espermatozoides durante una relación sexual (entonces es observable).
El inicio de la fase fértil se marca por una glera pastosa y quebradiza, que luego se vuelve cremosa y elástica cuando la ovulación es inminente. Justo antes de la ovulación, en el apogeo de la fase fértil, la glera es fluida, como clara de huevo cruda y elástica. Después de la ovulación, vuelve progresivamente a ser seca y pegajosa, incluso ausente, hasta la llegada de la menstruación.
La fertilidad de la mujer está así regulada por la evolución de estas secreciones. Debido a la diversidad de sus combinaciones, la mujer puede evaluar su fertilidad observando cambios en la apariencia y sensación del moco cervical, a nivel de la vulva.
Otro biomarcador importante es la temperatura basal del cuerpo (es decir, la temperatura del cuerpo en reposo). Cuando una mujer toma su temperatura (con un termómetro preciso a dos decimales) por vía bucal, rectal o vaginal (¡pero siempre por la misma vía!), por la mañana antes de levantarse, puede observar los siguientes cambios:
➡️La temperatura es basal antes de la ovulación.
➡️Luego se eleva entre 0,3 y 0,5 °C en el momento de la ovulación y se mantiene en un nivel alto hasta la menstruación, es decir, permanece alta durante la fase post-ovulatoria.
Basándose en la observación de estos dos biomarcadores principales, se pueden distinguir dos grupos de métodos MOC:
➡️Métodos basados solo en la observación del moco cervical: el método de ovulación Billings™ y el método FertilityCare™.
➡️Métodos basados en la observación del moco cervical y de la temperatura: los métodos sintotérmicos.
Cada método tiene sus ventajas y sus limitaciones. Lo importante es elegir el método adecuado y formarse con personas certificadas. La asociación FOCUS Fertilidad presenta en su sitio web los diferentes MOC y redirige a formadores para cada uno. No dudes en consultarlo.
❗Sea cual sea el método elegido, la mujer debe observarse todos los días con rigor, anotar sus observaciones diariamente en una tabla y dejarse acompañar durante los inicios del aprendizaje (de 3 a 6 meses) hasta alcanzar la autonomía.
Estos métodos son los más comunes y fáciles de aplicar, pero el cuerpo también envía otros biomarcadores cuando está en fase de ovulación. Ten en cuenta que estos últimos generalmente no se tienen en cuenta en los distintos MOC.
¿Sabías que tu cuello uterino puede cambiar de posición? En su libro El ciclo femenino de forma natural, la Dra. Sophie Saab-Tsnobiladzé y Marion Vallet (matrona), indican que durante la ovulación, el útero y su cuello cambian de posición.
➡️En una fase fértil, el útero se “endereza” y se centra al fondo de la vagina. Por tanto, estará más alejado de la vulva.
➡️En una fase infértil, el útero estará más bajo y en anteversión (es decir, inclinado hacia adelante, por encima de la vejiga).
También precisan que: “Estos signos pueden ser perceptibles por la mujer si esta examina su cuello introduciendo un dedo en el fondo de la vagina. Por supuesto, este examen no es indispensable para comprender su ciclo” (capítulo 3, ¿Cuáles son los elementos principales del ciclo ovulatorio? – página 46).
En el mismo libro, la Dra. Sophie Saab-Tsnobiladzé y Marion Vallet mencionan los trabajos del profesor Erik Odeblad sobre el edema vulvar, que también es un signo de ovulación. Concretamente, estos trabajos demuestran que los estrógenos también provocan un aumento del flujo sanguíneo en la pelvis.
Este fenómeno tiene como consecuencia hinchar los tejidos y las células a nivel de la vulva. La mujer puede sentir este cambio a través de sus sensaciones y/o al tacto: “la vulva[…] está más hinchada y tensa durante este periodo fértil pre-ovulatorio y el edema alcanza su punto máximo el día cúspide de la fertilidad”. (p.47)
Algunas mujeres también pueden sentir un dolor en la parte baja del abdomen durante la ovulación. Su intensidad, duración y zona afectada varían mucho de una persona a otra. No se trata de un factor determinante para identificar un periodo de ovulación.
Como vimos anteriormente, justo antes de la fase de ovulación (durante la fase folicular), el cuerpo secreta estrógenos. Durante la fase ovulatoria, esto puede aumentar significativamente la libido (y tiene sentido, ya que se trata de tu ventana fértil, es decir, el momento ideal para tener relaciones si estás buscando un embarazo… ¡El cuerpo es sabio!).
Psst! Si aún tienes dudas, te invitamos a escuchar la masterclass de Marion Vallet sobre métodos naturales de contracepción en May o a leer su libro El ciclo femenino de forma natural.
La duración de estos síntomas alrededor de la ovulación es variable de una mujer a otra. Sin embargo, se sabe que un óvulo tiene una vida útil de unas 24 horas (si no es fecundado). Los niveles de estrógenos vuelven entonces a la normalidad mientras el óvulo es eliminado durante la menstruación.
La ovulación es por tanto una de las fases más importantes del ciclo menstrual. Es una etapa que también puede identificarse gracias a marcadores biológicos observando en particular el moco cervical y la temperatura basal del cuerpo.
Para profundizar: El ciclo femenino de forma natural, Marion Vallet (matrona) y Dra. Sophie Saab-Tsnobiladzé (médico generalista).
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Foto: AtlasComposer
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