Todo lo que debe saber sobre la implantación del embrión

Escrito por Sonia Monot
Revisado por Équipe May
Publié le 7 noviembre 2023
Desarrollo del feto
4 minutos

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Un gran paso en el embarazo, la implantación sigue siendo hoy en día bastante desconocida para el público en general. ¿Qué es, para qué sirve…?

¡Te lo explicamos todo!

¿Qué es la implantación del embrión?

Érase una vez en la fascinante historia del embarazo: la implantación del embrión. Cuando el espermatozoide se encuentra con el óvulo, se forma un pequeño grupo de células que migra por las trompas para implantarse en el útero y luego establecerse en el endometrio. Esto es lo que llamamos implantación.

El endometrio es la capa de mucosa muy vascularizada que se forma y engrosa cada mes en tu útero para recibir un posible embrión.

Esta implantación a menudo provoca un ligero sangrado al inicio del embarazo, conocido como “sangrado de implantación”: la futura placenta se adhiere a los vasos del endometrio gracias a pequeñas prolongaciones que lo van «rascando», un poco como un velcro.

¿Cuándo ocurre la implantación?

Como ya hemos visto, la fecundación ocurre cuando el espermatozoide, que ha logrado subir por las trompas, se encuentra con el óvulo. El óvulo fecundado se convierte entonces en un “blastocisto” y migra durante aproximadamente una semana hasta el endometrio, donde se implantará. Durante este tiempo, ese pequeño grupo de células no deja de dividirse.

El proceso de implantación tiene lugar aproximadamente una semana después de la ovulación, es decir, a las 3 semanas de amenorrea. El óvulo se divide entonces en dos partes distintas: una que se convertirá en el embrión y otra que formará la placenta.

En una ecografía todavía no se ve gran cosa, salvo una pequeña burbuja: es el saco gestacional que pronto contendrá al embrión.

¿Cuáles son los síntomas de la implantación embrionaria?

No es raro que la implantación provoque un ligero sangrado vaginal en el momento de la implantación. Este sangrado de implantación puede ser más o menos regular, lo que dificulta diferenciarlo de la menstruación (aún más cierto en mujeres con ciclos irregulares o que acaban de dejar la píldora).

Aunque la ausencia de menstruación es un buen indicador de embarazo, el hecho de sangrar no garantiza la ausencia de embarazo. Para salir de dudas, lo mejor es hacer una prueba 15 días después de la ovulación.

En general, otros síntomas pueden indicar el inicio del embarazo y por tanto la implantación, y suelen notarse hacia el final del primer mes de embarazo (o justo después de la relación fecundante, estos síntomas y su percepción varían de una mujer a otra):

  • un retraso en la menstruación (a menudo ese “pequeño” detalle que da la pista),
  • un aumento de las secreciones vaginales: bajo el efecto de las hormonas hCG (que se desarrollan durante el embarazo), la mucosa vaginal se renueva más rápido, aumentando la cantidad de flujo blanco,
  • ganas frecuentes de orinar,
  • una sensación de tensión en los senos (hinchazón y/o dolor),
  • problemas digestivos (diarrea, estreñimiento, acidez estomacal, hinchazón),
  • acné (causado por la alta producción de estrógenos y progesterona),
  • gran cansancio, incluso somnolencia (especialmente después de las comidas),
  • náuseas y vómitos (sobre todo al despertar),
  • aversión marcada por ciertos olores o alimentos,
  • antojos o pérdida de apetito,
  • un aumento o pérdida de peso notable…

❗La mayoría de estos síntomas también pueden estar asociados al ciclo menstrual; solo pruebas fiables y/o un análisis de sangre pueden determinar con precisión si ha comenzado un embarazo.

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¿Cuáles son las tasas de éxito de la implantación después de una FIV?

En el caso de una FIV, los espermatozoides se ponen directamente en contacto con los óvulos en el laboratorio, y luego el embrión se deposita en la cavidad uterina. Por desgracia, esta técnica no garantiza la implantación.

En su informe nacional más reciente, la Agencia de Biomedicina publicó los resultados de las evaluaciones de 2017/2018 de los centros de reproducción asistida que practican la FIV en Francia. La media nacional de tasa de nacimientos después de una transferencia de embrión fresco o congelado es del 28,4 %.

¿Cómo confirmar el inicio del embarazo?

Aunque los síntomas mencionados anteriormente son buenas pistas, no pueden confirmar por sí solos un embarazo. Tal confirmación requiere pruebas médicas (que también permiten verificar que todo va bien para ti y tu posible futuro bebé).

Si notas un retraso en la menstruación, puedes empezar haciendo una prueba de embarazo en orina, disponible sin receta en farmacias, supermercados, tiendas…

Esta prueba debe realizarse preferentemente con la primera orina de la mañana, después de la fecha prevista de la menstruación.

Detecta la presencia de beta-hCG, una hormona que aparece unos diez días después de la fecundación (la hormona del embarazo por excelencia, que garantiza durante 3 meses la secreción de estrógenos y progesterona). Una prueba realizada demasiado pronto puede no ser fiable.

Si la prueba es positiva, consulta a tu médico. Un análisis de sangre podrá confirmar o desmentir el resultado de la prueba de orina. Tu médico también podrá prescribirte una ecografía de datación.

Esta ecografía no es necesaria para todas las mujeres. Está más bien destinada a mujeres:

  • que no tienen ciclos regulares (por lo que no se puede asumir que el embarazo comienza 14 días después del primer día de la última menstruación), lo que genera un desfase en la fecha estimada de inicio del embarazo.
  • con antecedentes de embarazo ectópico para verificar que el embrión se ha implantado en el lugar correcto.
  • con antecedentes de aborto espontáneo.

Permite ver el saco gestacional (o los sacos) y eventualmente descubrir la presencia de un hematoma o un desprendimiento. El hematoma o el desprendimiento no ponen necesariamente en peligro el embarazo, pero es importante estar bajo seguimiento de un/a profesional de la salud.

¿Qué complicaciones pueden surgir durante la implantación?

Puede ocurrir que la implantación no se realice o se haga de forma incorrecta, lo que provocará una interrupción espontánea del embarazo, comúnmente llamada “aborto espontáneo” (¡aunque este término no sea del todo adecuado!).

Otra complicación de la implantación es el embarazo ectópico (GEU). Se cuentan unos 16.000 casos al año, es decir, el 2 % de los embarazos. En un GEU, la implantación del óvulo se produce fuera de la cavidad uterina: lo más frecuente es que se aloje en una de las trompas de Falopio.

Un embarazo ectópico no puede dar lugar a un bebé viable. Debe interrumpirse obligatoriamente, ya sea de forma espontánea, médica o quirúrgicamente.

Un embarazo ectópico a veces es difícil de identificar al inicio del embarazo: una mujer con un GEU puede no presentar síntomas o bien sus síntomas parecerse a los de un embarazo “normal”.

Sin embargo, algunas mujeres con un GEU pueden sentir dolores abdominales (difusos en la parte baja del abdomen o localizados abajo a la derecha/izquierda) y sangrados marrones o incluso negruzcos.

Un GEU puede provocar una ruptura de la trompa si no se identifica rápidamente. Se trata de una hemorragia interna, una urgencia vital, que requiere atención médica rápida en urgencias ginecológicas.

Los síntomas asociados pueden ser mareos (con o sin pérdida de conciencia), dolores abdominales intensos, vómitos, dolor que se irradia hacia los hombros…

Sin embargo, los sangrados externos no son necesariamente señal de una ruptura de la trompa o de una hemorragia interna.

Por ello es importante consultar a un/a profesional de la salud ante cualquier duda sobre un posible embarazo, para descartar cualquier riesgo.

La implantación forma parte de las primeras etapas del embarazo. ¡Y qué etapa! El útero se convierte en el nido necesario para el desarrollo de un futuro bebé. Y esto es solo el comienzo de todo lo que hará tu cuerpo durante estos 9 meses.

Escrito por Sonia Monot con el equipo de expertos de May.

Foto: ©Lazaro Rodriguez Jr, Pexels

Este texto ha sido traducido del francés por una inteligencia artificial. La información, los consejos y las fuentes que contiene están conformes con las normas francesas, por lo que pueden no aplicarse a tu situación. Te recomendamos complementar esta lectura accediendo a la aplicación May ESP y consultando a los profesionales de la salud que te acompañan.


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